La construcción modular consiste en concebir un edificio fuera del lugar donde se ha implantado, usando las mismas reglas y los mejores materiales para su concepción.
Ejemplo de esta aplicación son el proyecto Portable Home APH80, del estudio Ábaton y el proyecto VDM, de los arquitectos Rodrigo Alegre y Carlos Acosta.
Las ventajas de este tipo de solución constructiva son varias, en especial el menor tiempo de construcción. La calidad de los materiales también es primordial para que la casa ofrezca las mismas o incluso mejores condiciones que una casa de mampostería tradicional.
En este sentido, Viroc ofrece unas calidades que pueden ayudar en los requisitos que una casa necesita para ser cómoda y eficaz. En primer lugar, se trata de un material que puede utilizarse en interiores y exteriores, con una gran durabilidad y resistencia. Además, Viroc ofrece un aislamiento acústico y térmico al espacio. Y está disponible en seis colores, aportando una original versatilidad que puede ayudar a que cada casa se distinga de las demás.
Ambas premiadas y reconocidas, las casas señaladas anteriormente están revestidas con Viroc, como fachada ventilada con aislamiento térmico. La estructura fue concebida y calculada al milímetro y el tiempo de fabricación y colocación en el lugar fue reducido (de 4 a 6 semanas).
El proceso constructivo sistematizado en una casa modular permite ofrecer rigor, flexibilidad y reutilización de los materiales, ya que los edificios modulares pueden desmontarse y los módulos renovarse para un nuevo uso, reduciendo así la demanda de materias primas y minimizando la cantidad de energía gastada para crear un edificio nuevo.
Cabe señalar que, como la estructura modular se fabrica en un ambiente controlado de fábrica, utilizando materiales secos como Viroc, la posibilidad de que la humedad quede retenida en la nueva construcción es prácticamente nula.
Estas viviendas son el resultado de un profundo estudio, concebido para vivir en un hogar con las mejores condiciones posibles, con espacios diferenciados en su interior, cuyas experiencias difieren en función del ambiente creado (cocina, salón, habitación, etc.).
Las unidades modulares pueden concebirse para adaptarse a cualquier fachada de calle y, una vez montadas, son completamente iguales a la mampostería tradicional o, si se quiere, incluso más extravagantes.
Quien vive en una casa así anhela una vida sencilla, en armonía con la naturaleza. Son construcciones sencillas y robustas que, por encima de todo, buscan ofrecer comodidad. Viroc fue fundamental en esta elección, tanto por su composición como por su aspecto algo tosco y enmarcado en el entorno natural que rodea las casas.